viernes, 28 de octubre de 2011

201. SUBANESTRUJEN

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Y si consiguen salir vivos, bajen. Lo normal es que bajen con alguna magulladura y un pecado capital por el juramento soltado, pero en caso de ser una viejecita con su bastoncito no tengo tan claro que la maldita puerta automática del ascensor (véase cuánto de guillotina tiene el diseño) no la deje maltrecha y lista para el camposanto.

Sr. Ministro de Industria, Vd. que lee este blog, haga algo, hombre. Piense por ejemplo en el golpetazo de la puerta automática en el hombro, la cadera o la rodilla de la señorita que las anuncia. Una señorita tan fina que le apuesto una cena a que las células esas ni la ven:


¡...si no ven ni a la gorda que vive en el piso de arriba de mi casa, a la que tuve que ayudar a levantarse del suelo y recoger toda su compra mientras sujetaba con un pie la maldita puerta que insistía en cerrarse sobre nosotros una y otra vez!

Y después prohiben fumar porque el tabaco mata. Joder ¡qué ministros!
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