martes, 15 de abril de 2014

281. EN ACERO CORTEN. Castillo de San Vicente de la Sonsierra, La Rioja



Lo mismo vale para un roto que para un descosido. La arquitectura consiguió saltar del siglo XX al XXI en acero corten,  un material que no es un material sino una metáfora: se presenta ya oxidado para que no se oxide. Como todos los Cascotes, como toda la Arquitectura, que se hace Cascotes para no ser Cascotes. Está clarísimo. 



Bueno, clarísimo no, oscurísimo más bien, o color mierda. De seguir a este ritmo y no inventar algo nuevo, todo el mundo se va a llenar de Cascotes de Corten, porque lo mismo da que tengas que hacer un jamón para una rotonda...


... que un museo en Palencia...:


... o un puente sobre el Guadalquivir:


Oxidado queda mucho mejor porque ya no se oxida. Y es de color mierda como toda la arquitectura del cambio de milenio.


Según parece, antes de imponerse como material de moda en la arquitectura, el acero corten hizo sus pinitos en la escultura, especialmente para exaltar el terrorismo, como en el caso del Monumento a las Víctimas de Logroño (arriba) o esta otra cosa de Gijón que por los agujeros de los tiros me imagino que servirá para lo mismo:


Pero el ya no va más creo que se ha conseguido en la restauración de murallas, castillos y otras anticuallas que tienen departamentos enteros (oxidados) de la Administración Pública dedicados a su proceso de envejecimiento y oxidación.

¿He dicho oxidación? ¿Lo he dicho dos veces? Pues esa es la solución. Allí donde un arquitecto reciba un encargo de restauración de un castillo, la solución ideal será siempre poner acero mierda.


En Almería lo hicieron tan bien que incluso consiguieron que la gente se movilizara contra ellas al grito de ¡abajo las murallas! O sea, que lograron que volvieran a la guerra (!). Si eso no es restauración, que venga dios y lo vea.


En La Rioja somos más pacíficos que en Almería, pero el Castillo de San Vicente de la Sonsierra llevaba mucho siglos inactivo y parece que algo se mueve. Hace un par de meses me acerqué por allí y vi que andaban poniéndole una escalerita de acero corten por aquí...:


... una puertecita por acá...:


...y otra por acullá (esta última muy integrada con su marco !)


Puertas, barandillas y escaleras que ya no se oxidarán nunca, así ataquen los moros como los vascos.

Pues bien, esta mañana, al abrir la prensa digital he encontrado la noticia de que se le ha puesto también un puesto de vigía por si vienen los de Almería a atacar el castillo:


En Acero Cortén, por supuesto, y con fuente de fundición para que el centinela no se tenga que traer  el botijo.

Si atacan, os aviso, que oxidado ya está. 

Salve a la arquitectura y jloria para el arquitecto. (¿Quién será el melón....?; seguro que hasta le conozco...)