lunes, 2 de mayo de 2016

396. ECHAVACOIZ. PAMPLONA



Perdonen que me pierda un poco por Pamplona y no llegue aún a SOTO DE LEZKAIRU, ese barrio que prometía ser la "joya de la corona" de Cascotes Navarros. Pero es que... miren qué bellezas encontramos a poco que nos desviemos del camino trazado. Sí, sí, sin salir de Pamplona, ni tener que irnos Serbia o a Varsovia. Aquí, al ladito mismo. Y a un paso de su prestigiosa Escuela de Arquitectura. Para fomentar las vocaciones.

Qué grande es ser arquitecto para poder hacer una escultura tan grande e informal y meter en ella a cientos de familias. Junto al campo mismo, sin interferencias de otros contextos. Donde se pueda contemplar mejor su singular volumetría.


Da la impresión de que algún arquitecto modernillo ha puesto unos cubos de colores en las azoteas para festejar la última rehabilitación. Arte sobre arte.


Pero a nivel de calle no hay forma de rehabilitar el espacio urbano creado por esa feliz conjunción de bloques en H. Por esa formalización de la diversidad en la unidad.


Es por ello que  en Cascotes seguimos prefiriendo la versión inicial (de la que ya no corren muchas fotos en la red, ay).


Busco Echavacoiz (o Etxabakoiz) en las Guías de Arte y no viene nada. Tremenda injusticia con la Arquitectura como Arte que Cascotes repara una vez más.