lunes, 9 de mayo de 2016

398. CORDOVILLA ERRELEKU. PAMPLONA



Seguimos perdidos y perdiéndonos en la periferia de Pamplona porque sea donde sea que pongas el ojo encuentras una joya del urbanismo arquitectónico fin de siglo. Por ejemplo, este pequeño núcleo de población circular que cabría en la rotonda de San Chinarro. Una ciudad-rotonda que, mira por donde, esconde una pieza de arquitectura famosilla: el restaurante Cordovilla Erreleku, obra primeriza y muy publicada de los catedráticos Iñiguez y Ustarroz, aquellos de la secta de la raya en medio (o al menos era así como los llamaban hace años en la Escuela de Arquitectura de San Sebastián). Fíjense si es famosilla que cuando yo promovía excursiones profesionales para los arquitectos riojanos, en una que hicimos por Pamplona hace años les llevé a comer allí (aún está en internet mi cuento). Iñiguez y Ustarroz vinieron a darnos unos cursos de doctorado hace años y después les perdí la pista. Veo por una foto de internet que mi admirado Iñiguez se ha dejado barbas de franciscano y que Ustarroz sigue con la misma pita de barullo:


No recuerdo de cuando fuimos a comer a Cordovilla que estuviera hecho ese pueblo rotonda que nos descubre ahora Google Earth. Y tampoco creo que tengan nada que ver estos dos viejos rossianos con el rotondurbanismo. Pero ahí está y es una tentación irresistible para Cascotes bajar a verlo con Google Street View. Empezamos por un par de fotos de lo ya conocido, es decir, el restaurante rossiano, ahora envuelto entre setos impenetrables, generosos céspedes, aceras y pasos de cebra:



Y sin más dilación nos ponemos a recorrer las lujosas calles de la urbanización de baja densidad y alto coste que ha salido de la mesa de algún arquitecto, dios quiera que no sepamos nunca quién:


Parece una ciudad feliz, o el remake en cine español de EL SHOW DE TRUMAN.


Casas de diversos estilos y tendencias arquitectónicas que satisfarán su  libertad de elección.


Mucho aparcamiento, calles vías de una dirección o de dos, pareados en terraza o en forma de bloquecitos con plantas bajas parapetadas.


Una Arcadia feliz que no pudo redondearse del todo por culpa del estallido de la famosa burbuja:


Pero que llegó a tiempo para dotarse de un edificio emblemático de la arquitectura más cul:


Ea ea ea


Seguro que ha tenido premio del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro. Además de bolardos tiene hasta farolas supositorio:


En Cascotes echábamos en falta alguna ermita rehabilitada mediante el arte de raspar la piedra y poner césped alrededor con bajantes y algunos bolardos, pero el nuevo núcleo urbano no nos decepcionó y los Santos Cosme y Damián tampoco:


Un hermoso edificio industrial nos dio la despedida:


Y como nuestro viaje fue esta vez con google, ni pudimos vomitar el bacalao a gusto.